Un edificio sorprendente

Uno de los atractivos del Museo del Quai Branly es el impresionante edificio, construido en los años 2000-2006 por Jean Nouvel, uno de los arquitectos más prestigiosos de Francia actualmente. Es autor, por ejemplo, de:

• La Torre Agbar de Barcelona
• La impactante Filarmónica de París
• La ampliación del Reina Sofía de Madrid
• El Museo Nacional de Catar (Doha)

La fachada que mira al Sena está adornada por más de 20 grandes cubos de colores, que al interior forman espacios expositivos cerrados en sí mismos, para evocar mejor esos mundos lejanos de donde proceden las piezas.

Pero todas las fachadas son distintas, muy variadas. No hay simetría, ni sometimiento a un esquema. Los pilares sobre los que se levanta el cuerpo principal, por ejemplo, aleatorios en su posición y altura, parecen árboles o tótems...

La parte donde el edificio se junta con los bloques de viviendas adyacentes, que parecen su antítesis por su estilo haussmanniano, se vuelve ya simétrica y ordenada, con ventanas cuadrangulares y uniformes pero, a cambio, se le añade un toque de exotismo, gracias a un jardín vertical.

Contiene casi 400 especies vegetales, traídas del mundo entero, en sintonía con la colección expuesta en el museo, y ha sido creado por el botánico Patrick Blank.

EL JARDÍN. El edificio está rodeado por un gran jardín, de ambientación naturalista, con colinas, estanques, cascadas y sinuosos senderos. Está pensado para reproducir los exóticos paisajes de las civilizaciones presentes en el museo.

El interior en penumbra

Una larga rampa de forma curva, envuelta en la penumbra, permite acceder al interior. Así, el visitante se va preparando para salir del ambiente de la ciudad e ingresar en civilizaciones y mundos muy distintos, completamente desconocidos para la mayoría.

A lo largo de todo el recorrido, un muro sinuoso va dando paso a las distintas estancias expositivas, que se van descubriendo a su paso, en forma de oscuros recovecos, donde se encuentran las vitrinas.

La luz es una de las grandes protagonistas del museo. Busca producir un efecto muy calculado. Es una luz colorida, oscura, casi tenebrosa, para sumergir al visitante en las profundidades de esas culturas primitivas, míticas.

Las colecciones

La colección del museo del Quai Branly es el fruto de más de dos siglos de historia. Recoge las primeras colecciones, reunidas por comerciantes, científicos y aventureros en sus viajes alrededor del mundo desde el siglo XVIII. Estos objetos solían exponerse en gabinetes de curiosidades privados, y tras la Revolución Francesa, en secciones especiales del Museo del Louvre.

A finales del siglo XIX (1878) se decidió liberar al Louvre de este género y se creó, como se ha dicho, el Museo Etnográfico del Trocadero. Este se descompuso más tarde en varios museos dedicados al arte extraeuropeo, unificados ahora -por voluntad de Chirac- en el Museo del Quai Branly.

Hay objetos de muy distinto tipo, procedentes de todo el mundo extraeuropeo, organizado según las distintas áreas geográficas y culturas. Pueden verse:

• adornos
• máscaras
• objetos ceremoniales y rituales
• estatuillas
• representaciones de dioses y diosas
• instrumentos musicales
• collares y tocados ceremoniales
• vestidos, joyas...
• obras de arte
• armas

Información práctica

Depende de lo curioso que seas respecto a estas culturas tan llamativas deberás calcular más o menos tiempo, pero al menos deberás estar hora y media para recorrer el jardín, las salas de exposición, y ver bien el edificio.