Plaza Vendôme

Foto: Vitold Muratov

La Plaza Vendôme fue construida por Jules-Hardouin-Mansart, el autor de la cúpula de los Inválidos, a finales del siglo XVII. Reinaba entonces en Francia Luis XIV, el Rey Sol, auténtico paradigma de la monarquía absoluta, y el país se hallaba en la cumbre de su hegemonía en Europa.

En el diseño de esta plaza, Mansart supo captar magistralmente los gustos de Luis XIV: orden, austeridad y elegancia, siguiendo las leyes del clasicismo. Y sin duda la Place Vendôme es una de las plazas más elegantes, majestuosas y aristocráticas de Francia.

Los promotores inmobiliarios que realizaron la operación imaginaron un éxito similar al que se había producido con la Plaza de los Vosgos, cuando la alta sociedad se precipitó con avidez a comprar los inmuebles en torno a aquella magnífica plaza, ¡la primera que se abría en París! Pero esta vez la operación resultó un completo fracaso. Esta nueva plaza, con sus 110 arcadas, era demasiado solemne y demasiado fría. Ideal para reflejar la "grandeur" de Francia, pero ¿quién querría vivir en ella? Las viviendas tardarían años en ser adquiridas.

Fachadas en la Plaza Vendôme

Como curiosidad, si nos fijamos en las fachadas, veremos que su diseño es el mismo que el de las casas de la Plaza de las Victorias, abierta también por Mansart.

En su cubierta se abren ventanas, con alternancia de formas, unas ovaladas y otras rectas. Son las célebres "mansardas" así llamadas precisamente porque fueron popularizadas por Mansart, y que hoy llenan los inmuebles de París.

La increíble plaza menguante

Otra curiosidad sobre esta plaza es que cuando fue inaugurada era más grande que la actual. Sólo se habían construido todavía las fachadas: los inmuebles se harían después, sin necesidad de respetar ya la uniformidad. Pero a los pocos años, cambiaron los planes. El rey revendió el terreno a la ciudad, y los nuevos dueños decidieron derribar las fachadas construidas por Mansart para empequeñecer la plaza e incrementar así el terreno en venta (tras las nuevas fachadas) y por tanto los beneficios.

Napoleón sobre la columna Vendôme

La columna Vendôme

Originalmente, la plaza tenía en su centro una gigantesca estatua de Luis XIV y se llamaba con el nombre del rey: Plaza de Luis el Grande. Todo era grande en aquella época.

Con la Revolución Francesa se destruyó la estatua, y unos años después Napoleón Bonaparte levantó en su lugar la columna actual. Está dedicada a sus andanzas bélicas por Europa, con relieves que recorren el fuste en una banda helicoidal, a imitación de la que se levantó en Roma para honrar las conquistas del emperador Trajano.

Para su elaboración se fundieron 1.200 cañones capturados al enemigo (según los datos claramente exagerados emitidos por la propaganda imperial) en la batalla de Austerlitz, librada en diciembre de 1805.

Napoleón aparece en su cima vestido a la romana, como un nuevo Trajano. Fue su tío Napoleón III quien construyó esta estatua (restaurada tras los destrozos de la Comuna) para sustituir la anterior, que hoy se encuentra en el patio de honor de los Inválidos.

Centro de la alta joyería

Joyerías de la Place Vendôme

A finales del siglo XIX, la Place Vendôme, obra maestra de la arquitectura (configurada ella misma como una gema, con su forma octogonal) empezó a atraer a las mayores firmas de la joyería. El primero en instalarse aquí fue el joyero Frédéric Boucheron en 1893, que sigue presente en el nº 26 de la plaza.

Las tiendas y los talleres de alta joyería, así como relojerías de lujo, se agrupan en torno a la plaza y a la Rue de la Paz, constituido en uno de los centros mundiales de este sector.

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