Jardines de Luxemburgo
Foto: joz
El Palacio de Luxemburgo y sus magníficos jardines son la mejor herencia que la reina María de Médicis ha dejado a la ciudad de París, incluidas las 24 monumentales pinturas de Rubens encargadas por ella para este palacio y que hoy son una de las joyas del Museo del Louvre.
Junto con el de las Tullerías, el jardín de Luxemburgo es el más grande de la ciudad y, como él, fue creado también por una reina florentina de la poderosa estirpe de los Médicis.
Marís de Médicis
María de Médicis
María de Médicis quedó viuda del rey Enrique IV cuando éste fue asesinado en las calles de París en 1610, y fue nombrada Regente del reino durante la minoría de edad de su hijo, el rey Luis XIII.
Nada más acceder a la regencia abandonó el palacio del Louvre, tan querido para su difunto marido, y comenzó a construir el suyo, en una zona de la ciudad poco habitada, donde podría agrandar fácilmente la finca con sucesivas adquisiciones.
Y, en efecto, consiguió hacerse con la mayor finca de París, donde creó los jardines más lujosos de la ciudad, diseñados al estilo de su Florencia natal.
Pero apenas tendría tiempo de disfrutarlos. Debido a las turbulentas relaciones que mantuvo con su hijo, Luis XIII, y con el principal ministro de éste, el cardenal Richelieu (un día su fiel consejero y amigo, y a la postre su peor enemigo), tuvo que huir de Francia, y vivió exiliada y sola los últimos 11 años de su vida.
Sede del Senado
El Palacio Luxemburgo seguía estando en manos de la familia Borbón cuando estalló la Revolución Francesa. Fue confiscado, y en 1799 se convirtió en sede del Senado de Francia, función que desempeña todavía en la actualidad.
Pero los jardines son de libre acceso para el público. A lo largo de los siglos fueron sufriendo modificaciones y recortes. Hoy tienen 25 hectáreas y, a pesar de los cambios, en muchos aspectos recuerdan a los que un día disfrutara la reina. Son, probablemente, el espacio más agradable que hay en París para pasear, leer un libro en verano, o simplemente disfrutar de sus vistas.
Visitar los jardines
Los jardines cuentan con una parte diseñada al estilo inglés, con caminos y parterres irregulares, y rincones llenos de encanto cuando llega el buen tiempo. Y otra parte de jardines de estilo francés: rectangulares, geométricos, de espacios abiertos y grandes perspectivas, en torno a un gran estanque octogonal.
Cuentan con más de 100 estatuas, diseminadas por todos los rincones. En este plano se han señalado algunas de las principales.
Principales esculturas:
- Fuente Médicis. Ver más abajo.
- Fauno danzante (Eugène Lequesne, 1851)
- El actor griego (Bourgeois, 1868). El personaje tiene la máscara levantada y está leyendo un pergamino, como si estuviera ensayando su papel.
- El vendedor de máscaras (Zacharie Astruc, 1883). Lleva máscaras con los rostros de Víctor Hugo, Dumas, Berlioz, Carpeaux, Delacroix, Balzac...
- Estatua de la Libertad (Bartholdi, 1878). Uno de los modelos realizados por el escultor antes de acometer en su taller de Montmartre la gigantesca estatua ubicada en Nueva York.
- El Triunfo de Sileno (Jules Dalou, 1885). Exaltación de la embriaguez y todo tipo de excesos. El fauno Sileno, encarnación de esos valores, es llevado en triunfo por un tropel de personajes desnudos, inspirados en las pinturas de Rubens.
Los puntos naranjas indican estatuas de reinas y heroínas de Francia. El remarcado en negro es la estatua de María de Médicis, la creadora del palacio y los jardines.
Los números azules señalan otros puntos de interés:
- El meridiano de París, y los medallones que lo marcan (ver a continuación)
- El Museo del Luxemburgo. Pequeño museo, que suele acoger interesantes exposiciones temporales. Es además una sede histórica, pues fue el primer museo público de Francia. Acogió las colecciones reales, en tiempo de Luis XVI, mientras el Louvre se acondicionaba para su próxima inauguración. Más información en la web oficial www.museeduluxembourg.fr
Fuente Médicis
De todas las estatuas, la más impresionante, sin duda, es la que se encuentran en la llamada Fuente Médicis. El nicho que se observa en la actualidad, adornado a modo de gruta, es original de la época de la reina. De ahí su nombre. Pero tanto el estanque alargado como las esculturas fueron añadidas en el siglo XIX.
En ellas se ve al gigante Polifemo, sorprendiendo los amores de Acis y Galatea, de la que estaba enamorado. Ajenos al peligro que les acecha, los amantes se abrazan tiernamente. Una imagen gráfica de la amenaza que se cierne siempre sobre el amor humano.
Meridiano de París
Otra peculiaridad del jardín es que está atravesado por el llamado "meridiano de París" o línea Arago, así llamada por el astrónomo que dirigió este trabajo. En el siglo XIX, François Arago y otros científicos llevaron a término un gran trabajo de medición de la tierra para fijar con exactitud un meridiano. El punto de referencia inicial empleado para determinarlo fue el cercano edificio del Observatorio de París.
El meridiano de París compitió con el de Greenwich en el congreso de 1884 para ser utilizado como referencia universal. Perdió la competición, y hoy queda como mera curiosidad histórica. Su trazado en la ciudad está señalado por 135 medallones con la palabra Arago. Algunos de ellos (señalados en el mapa superior sobre la línea de puntos) pueden verse en este jardín.
Actividades lúdicas
Los jardines están dotados de abundantes instalaciones. Tienen un quiosco de música, y pistas deportivas: para jugar al tenis, baloncesto, bolos, etc.
Hay áreas de juegos para niños, con columpios, cajas de arena y parques infantiles. Hay también un teatro de marionetas. Y un puesto para alquilar barquitos de vela, empujados con un palo, como se hacía antiguamente, así como posibilidad de dar paseos en poni.
En los días de buen tiempo, una de las actividades de más éxito es sentarse en unas de las múltiples sillas que hay disponibles para pasar un agradable rato descansando o leyendo un libro.
LINKS ÚTILES
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Página oficial del senado sobre los Jardines: www.senat.fr. Aquí puedes encontrar un mapa de los jardines con la ubicación de los principales servicios, y un folleto.
