Palais Royal de París

Palais Royal

Foto: joz

El Palais Royal es un edificio cargado de historia. Quien pasea por sus jardines y galerías sin ser consciente de lo que ha supuesto este lugar, se pierde una buena parte de su encanto. Hubo un tiempo en que se decía que "así como París es la capital de Francia, el Palais Royal es la capital de París". La ciudad latía al ritmo que marcaba el Palais Royal.

Así que antes que nada, contaremos brevemente la historia de este singular monumento.

Historia del Palais Royal

Esta es, a grandes brochazos, la historia del monumento:

El cardenal Richelieu

1. El palacio del Cardenal

El cardenal Richelieu, el gran ministro de Luis XIII, adquirió este palacio en 1624, para poder despachar diariamente con el rey, que vivía en el vecino palacio del Louvre. Modesto en un principio, el palacio del cardenal iría creciendo año tras año. El jardín llegaría a ser uno de los mayores de la ciudad, gracias al derrumbe de la vieja muralla medieval, que permitiría al Cardenal alargarlo desmesuradamente a voluntad.

2. El palacio del rey niño

En su testamento, el cardenal legó el palacio a la familia real, y el palacio empezó a llamarse desde entonces "Palais Royal". En él pasaría su infancia el nuevo rey Luis XIV, tras la prematura muerte de Luis XIII. Pero entonces estalló la revuelta conocida como La Fronda. El palacio, que apenas tenía defensas, fue asaltado varias veces por el pueblo, y el joven rey vivió en él escenas de terror, que le harían cobrar un gran recelo por la ciudad de París. Esto hizo que, al cabo de los años, abandonara la ciudad para siempre y se instalara en Versalles, lo cual tendría enormes consecuencias en la historia posterior.

3. El palacio de los Orleans

Luis XIV cedió el palacio a su hermano, el duque de Orleans, que seguiría viviendo en París. Desde entonces, el Palais Royal sería la sede principal de la Casa de Orleans. Como el rey residía lejos, en Versalles, los Orleans (la rama menor de la familia real) comenzaron a granjearse la confianza del pueblo, a organizar fiestas y recepciones en su palacio, y a ser considerados, poco a poco, como los auténticos reyes de París.

Escena de prostitución en el Palais Royal

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4. El palacio del pueblo

Al cabo de tiempo, el Palais Royal fue abierto al público, y se convirtió en el lugar de moda de París, el auténtico corazón de la capital. Como la policía no tenía acceso al recinto, por ser propiedad de los Orleans (miembros de la familia real), empezaron a proliferar las actividades ilícitas y clandestinas, la prostitución, el juego, las apuestas y diversiones de todo tipo.

Se crearon las galerías actuales, donde se instalaron cientos de tiendas de todo tipo, librerías, salas de juego, los primeros restaurantes... Los Orleans inventaron así el París del futuro, la fórmula que triunfaría en el siglo XIX.

5. La cuna de la Revolución

En vísperas de la Revolución Francesa, el Palais Royal se hallaba en la cumbre de su gloria. Todas las conspiraciones contra el rey, todos los rumores contra la familia real tenían su fuente en el duque de Orleans, que durante la Revolución se haría llamar Felipe Igualdad. Gozaba de una enorme popularidad y aspiraba secretamente a hacerse con el trono real aupado por el favor del pueblo.

6. ¡A las armas!

Como el Palais Royal era el principal lugar de reunión de todos los descontentos con el régimen, no es casualidad que aquí se dirigiera Camille Desmoulins para lanzar su discurso al pueblo e incitarle a tomar las armas, la víspera del asalto a la Bastilla. Es el célebre discurso de Camille Desmoulins, pronunciado ante las arcadas

Discurso de Desmoulins en el Palais Royal

Camille Desmoulins llamando a las armas

Como es sabido, la Revolución devora a sus propios hijos, y también Felipe Igualdad terminó pasando por la guillotina. Uni hijo suyo, Luis Felipe de Orleans, sería el único miembro de la Casa de Orleans que ocuparía el trono de Francia.

Tras la Revolución, el auge del Palais Royal decayó bastante. Su relevo lo tomarían, durante el periodo de la Restauración, los pasajes cubiertos, cuyo precedente hay que buscarlo en la exitosa fórmula comercial del Palais Royal.

Visitar el Palais Royal

Nada queda ya de la efervescencia que tuvo este lugar durante la Revolución Francesa. Hoy el Palais Royal es un lugar tranquilo, pero ningún otro lugar de la ciudad es capaz de evocar el París revolucionario con tanta fuerza como este.

Actualmente, el Palacio es la sede del Consejo de Estado, como reza la inscripción de su frontispicio hacia la calle Saint-Honoré. Aquí hay un primer patio, que está cerrado al público.

El segundo patio o patio de honor

Se accede al segundo patio desde la pequeña plaza de Colette, por un discreto pasaje que hay a la izquierda de la fachada principal.

Allí se encuentra una instalación de 260 columnas estriadas, de distintas alguras, obra del artista francés Daniel Buren. Como siempre que se realiza una instalación moderna en un edificio clásico, sobre todo uno tan emblemático como el Palais Royal, en París se organizó un gran revuelo de protesta. Pero hoy en día las columnas de Buren se ha convertido en una imagen icónica de la ciudad.

Segundo patio del Palacio Real con las columnas de Buren

Foto: joz

Al fondo de este patio, pegada al edificio, se encuentra la Galería de las Proas, así llamada por las proas de barcos que adornan la pared. Se trata de la única parte superviviente del palacio original. El resto sufrió varios incendios, y fue reconstruido casi por entero.

Aunque la disposición del palacio de Richelieu ha mantenido cierta semejanza con el que hoy se ve, los edificios actuales son casi todos del siglo XVIII.

Galería de las Proas en el Palais Royal

Foto: joz

La Galería de Orleans

Entre este patio y el jardín, hay dos columnatas delimitando un espacio más estrecho, llamado Galería de Orleans. En el siglo XIX, Luis Felipe de Orleans construyó aquí una elegante galería comercial con techo de cristal, que sustituía a una estructura más rudimentaria, a modo de barracones, que estuvo en uso durante la Revolución.

Hoy el espacio se encuentra descubierto y adornado tan solo por dos modernas fuentes de esferas metálicas, diseñadas por Pol Bury en 1985.

Galería de Orleans en el Palais Royal

Foto: joz

El jardín

Y, por último, el jardín, estrecho y alargado... el elemento más característico del Palais Royal. Sencillo y sin grandes sorpresas, su principal encanto es la tranquilidad que se respira en su interior, y la agradable sombra que proporcionan sus hileras de árboles en los días de verano.

Y sobre todo los elegantes edificios que lo circundan. Fueron construidos por Victor Louis por encargo de Felipe Igualdad en vísperas de la Revolución Francesa.

En los soportales de estos edificios se encuentran las tiendas, de estilo tradicional, que supusieron toda una revolución en las fórmulas comerciales de París. Fueron las primeras galerías comerciales de la ciudad.

Algunas de ellas, como el Café Corrazza, han asumido el nombre de establecimientos históricos. Otros, en cambio, son verdaderas piezas históricas, como el restaurante Grand Vefour, decorado todavía como en el siglo XIX, cuando era frecuentado por Napoleón y Josefina. Está situado en la galería del fondo del jardín, en el pasaje de la izquierda. Sólo es apto para ver desde fuera y admirar la decoración, salvo para los que vayan sobrados de presupuesto.

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