Opera Garnier
Remate del edificio, con Apolo junto a la Poesía y la Música, las dos artes que componen la ópera.
La ópera Garnier fue uno de los proyectos emblemáticos del régimen de Napoleón III (1851-1870). El emperador quería que la nueva ópera fuera el símbolo del nuevo París: la ciudad moderna que estaba surgiendo ante el asombro de los parisinos gracias a los ciclópeos trabajos del barón Haussmann.
Para ello se convocó un concurso internacional donde se presentaron los mejores arquitectos y que, para asombro de todos, fue ganado por un joven casi desconocido: Charles Garnier. La fértil imaginación de Garnier creó un edificio tan espectacular que parecía extraído de un cuento de hadas, con escalinatas, salones y recibidores fastuosos. La magia de este palacio cautivó al público de tal manera que la gente empezó a acudir a la ópera al margen de la obra que se representara, solo por sentirse inmerso en esa especie de sueño realizado en mármol.
Fachada
La fachada del palacio hay que contemplarla, en primer lugar, desde la distancia, para poder apreciar el juego de volúmenes de los distintos cuerpos que la componen:
- El cuerpo principal (rematado por las personalizaciones de la Armonía y la Poesía).
- La gran corona sobre la sala auditorio
- La torre de telares rematada por la estatua de Apolo con la lira en alto
- Y a los costados los dos pabellones de entradas especiales (para el emperador y los abonados).
Si nos acercamos más, dejaremos de ver la corona y los cuerpos posteriores, y podemos apreciar mejor la admirable armonía del conjunto: arquitectura, esculturas, detalles ornamentales, molduras, frontones, verjas...
- El registro inferior está formado por 7 puertas de entrada, flanqueadas por esculturas. Especialmente imponentes resultan los 4 grupos de los cuerpos salientes, en los extremos. Y de ellos hay que destacar el firmado por Carpeaux, la Danza, del que ofrecemos una extensa descripción en nuestra audio guía de París. Es la obra maestra de esta fachada, con un valor artístico que sobrepasa claramente su efecto ornamental en el conjunto.
- Sobre las 4 esculturas sencillas están los retratos (nº 1) de grandes genios de la música: Bach, Pergolesi, Hayden y Cimarosa.
- Más arriba está la planta noble, formada por la logia o galería, junto al Grand Foyer o salón de descanso. Aquí se crea un magnífico efecto por el juego entre las columnas pareadas de orden gigante y las columnillas del interior. Sobre ellas, los bustos de grandes compositores (nº 2).
- La fachada se remata por un ático de guirnaldas y medallones (nº 3) donde destacan las iniciales de Napoleón III (N) y su mujer, Eugenia de Montijo (E), natural de Granada.
- El último adorno es una greca dorada formada por máscaras de tragedia y de comedia, todas ellas distintas.
No dejes de fijarte en la elegancia con que se destacan los dos cuerpos laterales, formados con los mismos elementos que el resto de la fachada, pero reforzados por características propias:
- El saliente que las trae al primer plano
- Grupos escultóricos más ricos en la base
- Columnas pareadas que no se comparten con la ventana adjunta
- Y frontones curvos rematando ambos cuerpos, un adorno que se repite por las otras caras del edificio, coronados siempre por la lira de Apolo, omnipresente en todo el palacio.
El interior
El palacio de la Opera es todo un espectáculo y se puede visitar sin necesidad de sacar entrada para una representación. Recorriendo sus suntuosas estancias es fácil comprender por qué causó tanta impresión en su época.
- Se accede por el costado lateral izquierdo, por el pabellón del emperador, diseñado por Garnier con numerosos adornos de águilas, emblema imperial por excelencia.
- Se pasa primero a la Rotonda de los abonados, donde se compra la entrada. Esta rotonda es el centro geométrico del edificio, justo bajo la sala auditorio, y es la única estancia del interior que se puede visitar sin sacar billete.
- Desde ahí se pasa a la gran escalera, un espacio que sobrecoge la primera vez que se visita. Probablemente, una de las escalinatas más hermosas del mundo.
- En la planta noble se visitan varias estancias. La más impresionante es el Grand Foyer, con sus enormes espejos, las arañas colgantes, las columnas doradas de orden gigante... y sobre todo, las pinturas del techo, obra maestra de Paul Baudry.
Pinturas del techo (Paul Baudry)
No vamos a poner el esquema completo de estas pinturas, pero sí uno de sus elementos más populares: su galería de musas.
Como ves en este esquema, Baudry pintó 8 de las 9 musas griegas. La única que falta es Polimnia, inspiradora de los cantos sagrados.
Todas las musas están representadas con algún atributo o gesto que permite identificarlas. La que ves en esta imagen, por ejemplo, aparece atándose una zapatilla de ballet. Es Terpsícore, musa de la danza.
Otras estancias del interior que se visitan son:
- La logia o galería para tomar el aire en los entreactos, junto al Grand Foyer. Desde esta logia se divisa la avenida de la Opera, abierta por el barón Haussmann.
- El Avant-Foyer, o Foyer de los mosaicos
- El salón auditorio, el corazón del edificio, con las butacas y palcos tapizados de rojo. Esta sala podría estar cerrada por razones técnicas o artísticas.
- El pequeño museo-biblioteca.
- Numerosos corredores, escaleras y saloncitos de descanso...
Efecto de oro viejo
Una curiosidad sobre la decoración del interior del Palacio es el sistema de doraduras. Garnier redescubrió una vieja técnica renacentista que había dejado de utilizarse. Además de ahorrar mucho dinero, con este sistema se conseguía un efecto más impresionante. Si visitas el Grand Foyer, fíjate de cerca en cómo están hechos los dorados: el pan de oro se aplica sobre un fondo de pintura marrón, de tono más oscuro, que da al conjunto un aspecto más armonioso, como de oro viejo.
La misma técnica se aplica también en la sala auditorio.
Información práctica
Si no vas a entrar al interior, la visita al Palais Garnier se puede realizar en 15-20 minutos. Pero, salvo que seas entendido en arte clásico, es bueno que cuentes con alguna guía que te ayude a apreciar la extraordinaria calidad de su arquitectura.
Si vas a entrar al interior, debes calcular 60-90 minutos para ver todo con calma.
Acceso
Por el costado izquierdo del edificio (cruce de las calles Scribe y Auber)
Horarios
Abierto todos los días de la semana:
- De mediados de julio a comienzo septiembre: 10 a 18 h. (último acceso 17,30)
- Resto del año: 10 a 17 h. (último acceso 16,30)
Cerrado: 1 enero y 1 mayo
Cierres excepcionales: en esta página tienes los días excepcionales de cierre. Consúltala siempre antes de programar tu visita: www.operadeparis.fr/visites
Tarifas 2019
- Normal: 12€ | 14€ si hay exposiciones
- Reducida: 8€ | 10€ si hay exposiciones
La tarifa reducida se aplica a jóvenes de 12-25 años y familias de 4 miembros con uno al menos de 12-25 años.
Entrada gratuita para: niños menores de 12 años, personas minuválidas y acompañante, personas en paro o beneficiarios de ayudas sociales, alumnos de escuelas de Arquitectura.
Más información: www.operadeparis.fr/informations