Conciergerie

Sobre la isla de la Cité, en el mismo lugar que ocupó durante siglos el Palacio de los Reyes, se alza hoy el enorme edificio del Palacio de Justicia. De los viejos edificios reales, cuya historia se remonta al tiempo de los romanos, apenas quedan hoy un par de vestigios:

  • La Sainte-Chapelle
  • Algunas estructuras medievales en torno a la gran "Sala de los gendarmes"

Los reyes dejaron de residir en aquel imponente palacio (el más espectacular de Europa) en el siglo XIV, cuando se dieron cuenta de que la isla donde se asentaba podía convertirlo en una ratonera. París ha sido siempre una ciudad levantisca, con tendencia a las revueltas. Y aquel palacio no permitía garantizar la seguridad del rey. Seguiría siendo su residencia oficial, por su venerable historia y por los imponentes edificios de que disponía, pero el complejo empezó a dedicarse cada vez más a tareas burocráticas y a la administración de justicia.

Al abandonar el palacio, el rey dejó a su cargo a un "concierge" (conserje), personaje dotado de amplios poderes, con funciones judiciales y una prisión a su cargo para ejecutarlas. Por ello, el monumento empezó a ser conocido como "Conciergerie".

Durante la Revolución Francesa, la cárcel de la Conciergerie alcanzó gran notoriedad. Temida por todo el mundo, era considerada "la antesala de la muerte". De allí, los presos eran conducidos directamente a la guillotina. Su historia de terror ha convertido a la Conciergerie en un edificio de leyenda, asociado para siempre a personajes célebres como Dantón y Robespierre, los Girondinos, y sobre todo, la reina María Antonieta.

Transformación en Palacio de Justicia

Desde el siglo XIV, cuando el rey abandonó el Palacio de la Cité, continuaron funcionando en él las principales instituciones del Antiguo Régimen, como la Cámara de Cuentas, la Cancillería, el Tesoro de Cartas, y la más importante de todas: el Parlamento de París, que tenía entre otras las más altas funciones judiciales. De este modo, el edificio quedó vinculado a la administración de justicia.

A comienzos del siglo XIX y tras la caída de Napoleón, empezaron a construir el actual Palacio de Justicia. Los arquitectos de este proyecto monumental pretendían hacer tabla rasa, y destruir todos los vestigios medievales del Palacio de los Reyes que aún quedaban en pie para poder construir un edificio funcional sin trabas de ningún tipo.

En un momento, pareció que la misma Sainte Chapelle sería destruida. Finalmente, aunque se perdieron algunos edificios de gran antigüedad y valía (como el cuerpo de edificio que contenía los alojamientos del rey), se salvaron las dos principales joyas que quedaban: la Sainte Chapelle y la impresionante Sala de los Gendarmes. También se conservaron los edificios construidos por Luis XVI, entre los cuales están las celdas utilizadas como prisión durante la Revolución Francesa.

Visitar la Conciergerie

Los edificios que hoy se pueden visitar del antiguo Palacio de los Reyes son la Sainte-Chapelle y la Conciergerie. Son dos visitas distintas, cada una con su propio punto de acceso y su taquilla, aunque se puede sacar billete conjunto. Estos son los accesos:

De la Sainte Chapelle hablamos en otra página. Aquí vamos a tratar de la Conciergerie, cuya visita encierra dos núcleos de interés: las estancias medievales y las celdas de la prisión revolucionaria.

1. Las salas medievales

La más espectacular es la primera, llamada la Sala de la Gente de Armas (Sala des Gens d'Armes), la única que se puede ver gratuitamente. Aunque no vayas a adquirir el billete de entrada a la Conciergerie, merece la pena descender las escaleras hasta esta sala para verla. Es la sala gótica más grande de Occidente.

Tiene cuatro naves, separadas por columnas y pilares, y nueve tramos. Las ventanas que iluminaban la estancia fueron cegadas, por la construcción de un cuerpo adyacente, y hoy sólo un breve tramo que da a un patio tiene vanos que arrojan algo de luz natural.

  1. Pilares robustos en la hilera central
  2. Columnas en las laterales
  3. Puntales de apoyo del s.XIX por un desplome de la bóveda
  4. Ventanales tapiados

Además de esta enorme sala, hay otras estancias medievales, como las cocinas, construidas en el siglo XIV (no siempre se pueden visitar) y la sala de los guardas.

2. Las celdas de la Conciergerie

Se pueden visitar algunas de las celdas históricas que se utilizaron como prisión durante la Revolución Francesa. En el año 1989, segundo centenario de la Revolución, varias de esas estancias fueron decoradas con mobiliario y atrezo de época: jergones, recipientes, paja en el suelo... tal como estaba en el siglo XVIII. Y se añadieron maniquíes, para recrear las condiciones de vida de los presos e imaginar su angustia en este auténtico corredor de la muerte.

Había celdas comunes, para presos sin recursos, que dormían sobre la paja, amontonados en un espacio infestado de ratas. Y celdas amuebladas, algunas individuales, para presos ricos. La "igualdad" revolucionaria no había llegado a esta prisión, pero no eran cosa preocupante porque en pocos días se resolvía el destino, y la guillotina los igualaba a todos.

En el recorrido se visitan también otros espacios como la "capilla de los Girondinos", la estancia que ocuparon antes de ser llevados al patíbulo, y el patio de mujeres. Pero sin duda lo que más impresiona es la celda que ocupó María Antonieta, decorada con su figura y la de uno de los guardas que la custodiaban noche y día, tras un biombo. Junto a ella se instaló, en época de Luis XVIII (con la Restauración) una capilla expiatoria.

En conjunto, se puede decir que la visita a la Conciergerie es atractiva, y nosotros la recomendamos. Para los que conozcan algo de la Revolución Francesa, hayan leído libros o hayan visto películas de ese periodo, es una experiencia muy interesante. Quizás a otros les pueda resultar prescindible.

Un lugar emocionante

Uno de los lugares emocionantes del Palacio es la puerta de acceso a la prisión, que se puede ver desde fuera, bien desde la reja que cierra el patio de honor, o bien entrando en este patio por la puerta que da acceso a la Sainte Chapelle (entrada gratuita al patio).

Infinidad de grabados y pinturas muestran este arco de entrada, con sus característicos sillares almohadillados. El preso entraba por esta puerta acompañado de los guardas, y pocos días después volvía a salir. En la mayoría de los casos, como se ve en la imagen inferior, que representa a María Antonieta, allí mismo le esperaba la carreta para su último viaje.

Información práctica

Para la visita a la Conciergerie debes calcular 1 hora de tiempo, o algo más si te entretienes mucho con los documentales que se ofrecen en el interior.

Horario de apertura

  • 9,30 - 18 horas, todo el año
  • Cierra: 1 ene., 1 mayo y 25 dic.

Tarifas

  • Normal: 9€
  • Conciergerie y Ste-Chapelle: 15€

Entrada gratuita

  • Los primeros domingos de mes (de noviembre a marzo)
  • Menores de 18 años (para ciudadanos UE, menores de 26)
  • Personas discapacitadas y un acompañante
  • Personas en paro y beneficiarios de la renta mínima de inserción social

Puedes ver con más detalle las condiciones de gratuidad y de reducción en nuestra página sobre descuentos en París.

La fachada hacia el río

Uno de los elementos más destacados de la Conciergerie es su impresionante fachada hacia el río, una de las estampas más reconocibles de París. En ella se aprecian unos pocos elementos medievales, como las torres cilíndricas, que le dan mucha plasticidad, y otros elementos construidos en el siglo XIX en un estilo que recuerda al neogótico.

En este grabado puedes ver el estado que tenía este frente durante la Revolución Francesa, y compararlo con el actual.

  1. Torre del reloj. Edificada por el rey Juan II en plena guerra de los Cien Años (s.XIV), como una torre de vigilancia. Su hijo Carlos V el Sabio construyó el precioso reloj que hoy adorna su cara interna (no visible en esta imagen), que fue el primer reloj público de París. Fue restaurado en el siglo XIX.
  2. Fachada uniforme construida en el siglo XIX.
  3. Torre de César (izda.), así llamada en recuerdo del palacio de época romana, y Torre d'Argent (de Plata), llamada así porque custodiaba el tesoro real. Ambas fueron construidas hacia 1300 por Felipe IV el Hermoso.

    Entre estas dos torres, en la planta primera, se encontraba la Gran Cámara, donde estaba el trono oficial del rey. Aquí fue donde, con toda intención, se instaló el Tribunal Revolucionario.

  4. Torre Bonbec. Construida por el rey San Luis en el siglo XIII. En el XIX la harían una planta más alta.
  5. Corte de Casación. Construida en el siglo XIX y considerada una obra maestra.
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